EQUO Melilla denuncia que la construcción de un hospital privado obedece a un complot contra la sanidad pública de calidad.
El reciente anuncio de la más que posible construcción de un hospital privado en nuestra ciudad es la prueba determinante de que las multinacionales de la sanidad privada ven fácil hincar el diente en nuestra ciudad. Para ello cuentan con la colaboración explícita de nuestros políticos del Partido Popular, tanto a nivel nacional como local.
No ha pasado más de una semana desde que se conociera que El Ministerio de Sanidad ha adjudicado a la empresa de Manuel Lamela, exconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, la asistencia técnica para la definición de un nuevo modelo de gestión clínica y su implantación en el Hospital Comarcal, cuando un grupo de empresarios anuncian su intención de construir un hospital privado en nuestra ciudad. La coincidencia no puede ser debida al azar. Se ha esperado a tener la seguridad de la adjudicación a la empresa de Lamela para hacer pública la trama privatizadora.
Hay que recordar quién es Lamela, este señor está imputado por prevaricación y tráfico de influencia en el proceso de privatización de varios hospitales públicos madrileños, los propios médicos especialistas acusaban a Lamela de haber cometido varios delitos, entre ellos malversación de fondos públicos, cohecho y prevaricación, al beneficiar “los intereses de empresas privadas, en detrimento del sistema público”.
Ningún grupo de empresas se atrevería a construir un hospital privado si de antemano no ha realizado un estudio económico que garantice la rentabilidad de la inversión . Si ya se está buscando terreno para el futuro hospital, como han declarado públicamente, es que el pacto del negocio estaba sellado de antemano.
Desde EQUO Melilla estamos seguros de lo que va a ocurrir a partir de ahora ya que el diagnóstico concluirá que es preciso externalizar varios servicios que antes eran públicos, ya que buena parte de esa externalización estará ya previsto que se adjudique al nuevo hospital privado. Estamos seguros también que el propio Lamela y sus acólitos melillenses se beneficiarán de esas externalizaciones y además está todo preparado para que el nuevo hospital privado reciba como adjudicaciones solamente los servicios que puedan generar beneficios mientras los deficitarios seguirán recayendo sobre el público.
Lamela, como Esperanza Aguirre tiene claro cómo acabar con los servicios públicos. Primero hay que desprestigiarlos, también Lamela estaba detrás de las falsas injurias contra el servicio de urgencias del Hospital de Leganés, de forma paralela se van construyendo centros privados con la promesas a los empresarios de que todo será rentable, y cuando la pública solo quede para hacer el papel de asistencia caritativa, buena parte de la opinión pública se habrá decantado por la privada, aunque le cueste mucho más dinero y sea de peor calidad.
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